miércoles, 17 de septiembre de 2014

6. Una lectura del libro de Oseas



Nota 6

Una lectura del libro de Oseas, teología profética en estado puro

Aviso:
Aun a costa de ser reiterativos incluso esta Nota que sirva como simple indicador para un taller de trabajo sobre el profeta Oseas


Del libro de Amós al libro de Oseas

1. Si hemos iniciado la lectura de los profetas por Amós, bien podemos decir que Amós ha sido nuestro noviciado para entrar en el mundo de la profecía.
Pasamos cronológicamente a Oseas. Estudiando a Oseas nos interesa verificar la capacidad y el adiestramiento personal que hemos adquirido,
- sea como habilidad para el estudio: organización y dominio del material
- o sea, sobre todo, para entrar en comunión, estremecido, con el mensaje interpelante de los profetas, voceros de Dios.

2. Sería peligroso confrontar profeta y profeta (como no se puede comparar Evangelio y Evangelio en una gradación de menos a más), pero espontáneamente brotan algunos y características que terminan siendo comparaciones.
Amós es la puerta de la profecía; con Oseas estamos en el corazón mismo de la profecía. Isaías será el esplendor y la gloria de la profecía.

3. En el mismo corazón de la profecía perfilamos el centro y la espiral de lo que anuncia Oseas:
1. Dios es el esposo amantísimo, traicionado con adulterio y continuada prostitución, y pese a ello el esposo vencedor, porque el amor de Dios vence lo invencible.
2. Dios es el Padre lleno de ternura de Efraím, a quien enseñó a comer y a andar…y que, al final, por sus entrañas, lo perdona.
3. Efraím es la esposa infiel, la prostituta…, con sus sacerdotes, con sus profetas, pecador irremediable, sin conocimiento y amor, “mi pueblo” – dice el Señor – al que – pese a todas las amenazas y castigos, yo lo voy a seguir amando.
El libro de Oseas es la formidable victoria del amor, que anuncia el amor sin retorno que Dios Padre nos ofrece en su Hijo amado, Jesucristo. Podemos decir que Oseas es un modelo de teología profética en estado puro.
Oseas nos invita a recomponer todo el misterio de la Biblia. Se puede desfragmentar la Biblia, y tomar para mi tesis un texto que me interesa. Pongo la Biblia a mi servicio, y con la Biblia en mano hablo sobre el juicio de Dios contra el mundo y la condena que nos amenaza… Oseas nos muestra que la condena no es la última palabra de la salvación. Oseas, como otros profetas, culmina y termina con un oráculo de salvación.


Orientación desde una metodología general de estudio crítico-científico de la Biblia

Para abordar un texto de la Biblia – y ahora estamos pensando en el Antiguo Testamento – debemos tener un esquema de orientación. Hablando de modo teórico, he aquí este esquema:

Primer paso: Entrada: Situar el texto

 

Ø  En qué punto me encuentro en el mapa (por así decir) de la Biblia

Ø  Quién ha escrito este texto

Ø  En qué tiempo

Ø  En qué conjunto bíblico está situado

 

Segundo paso: Acercamiento literario e histórico

  1. Análisis verbal
Ø  Leer el texto.
Ø  Comprenderlo con el significado exacto de las palabras, versículo a versículo. Siempre nos serán de primera utilidad los comentarios que van recorriendo el texto versículo a versículo, para aclarar las palabras y conceptos que lo requieran.

2. Análisis formal, para mejor desentrañar el texto
Ø  Qué clase de texto es éste: que “forma” (género literario) presenta
Ø  Qué estructura visible presenta el texto
Ø  Qué historia tiene detrás de sí el texto: qué tradiciones (Técnicamente se habla, si bien el origen sea la investigación de los Evangelios, de la “Form-Geschichte”, a saber, Historia de la Forma)

Tercer paso (punto de llegada): Interpretación teológica

 

Ø  El texto en sí mismo, según la teología que refleja: lectura, por así decir, a nivel del Antiguo Testamento.
Ø  El texto leído en la totalidad de la Biblia y en el hoy de la historia de salvación (Si se inventó la expresión de “Formgeschichte”, también se inventó, muy posteriormente, otra expresión, a saber: “Wirkungs-Geschichte”, esto es: Historia del Influjo – o actuación – de este texto: cómo ha operado en la historia de teología y de la praxis de la fe este pasaje de la Escritura).
Aquí podemos caer en el subjetivismo, en el fundamentalismo. Este pasaje de la Biblia “a mí me dice”… Pero ese “a mí me dice” tiene que estar en consonancia con lo que se llama la “analogía de la fe”, es decir, con una lectura armónica de toda la Biblia.

En los alrededores del texto y en el corazón del texto

La experiencia de lector de la Biblia nos dice lo siguiente:
- Podemos saber muchas cosas literarias e históricas acerca del texto. Con una erudición deslumbrante podemos estar “en los alrededores del texto”.
- Y a lo mejor, con menos erudición podemos ir al corazón del texto. El corazón del texto, por un camino erudito o por un camino normal de “lector informado de la Biblia” se alcanza cuando se percibe que este texto, leído en la fe:
1.      Era entonces palabra de Dios para aquel pueblo al que fue dirigido.
2.      Es hoy palabra de Dios para este pueblo de Dios, que es la Iglesia peregrina: el texto está hablando, no por acomodaciones caprichosas, sino por lo que brota desde su propia interioridad.
3.      Es “hic et nunc” palabra de Dios a mí dirigida.
En esta perspectiva hermenéutica el texto queda sacramentalizado y es evento de gracia para mí: palabra viviente de un Dios que vive y que actúa en mi vida.

Según esto, nuestro objetivo de estudio de Oseas, de los demás profetas
1)      No es acumular conocimientos de la bibliografía presentada, conocimientos que se requieren en determinado grado para dar cuenta en los exámenes,
2)      Sino, habiendo asimilado, un determinado cúmulo de conocimientos útil, ser lector protagonista (de alguna maneta autónomo), lector directo del profetas, que lo conozco por haberlo frecuentado.
3)      Sin duda que esto requiere horas. Lápiz en mano voy tomando mis notas (por ejemplo, qué vocabulario le gusta usar al profeta Oseas); he transitado por el libro, y lo conozco como conozco las calles del barrio donde vivo. Sé dónde está tal tienda (es decir, tal texto, en qué capítulo) y qué me voy a encontrar al doblar la calle (al doblar el capítulo).

El teólogo ante Oseas

El libro de Oseas hay que entenderlo desde el final, desde ese añadido de un Sabio que se detiene ante la obra terminada, y exclama:
¿Quién es la persona sabia
capaz de entender estas cosas?,
¿quién el inteligente para conocerlas?:
rectos son los caminos de Yahvé
y por ellos caminan los justos,
mas los rebeles en ellos tropiezan (versículo final: Os 14,10).
Con este aviso nosotros entramos en el mensaje, leyendo el texto y desde el texto transcendiendo el mismo texto.

Técnica de estudio

1. En un estudio verdaderamente inteligente y sabio hemos de fundir lo que otros han estudiado y se puede tomar como adquisiciones suficientemente seguras con lo que yo yo aprendiendo del trato director del texto. Al final, mi lectura (ya enriquecida) es al interpretación del texto. Así, pues:
a) Me acerco al texto con una pequeña red de conocimientos previos.
b) Y empiezo a leerlo yo, a escucharlo yo, y voy sintiendo cómo el texto crece desde sí mismo, desde dentro, se va iluminando más y más. Cada nueva lectura es una nueva espiral en profundidad.
c) No olvidemos esta comunión entre tres:
- el especialista (llámese José Luis Sicre, José María Ábrego…, por citar dos buenos autores a mano),
- yo,
- y el principal: ¡el texto!

2. Y qué puedo hacer yo frente al texto, al entrar ya con esos previos conocimientos.

a) Pesar las palabras. La frecuencia de las palabras es un indicio muy interesante, aunque nunca podemos mecanizar la teología con un “contador de palabras”.

(Puedes entrar en vatican.va / Ir a: Textos fundamentales / tomar la Biblia / Castellano (edición argentina/ Oseas / Abre el texto, pro capítulos/ Observa esta indicación: Pulse aquí para activar los vínculos a las concordancias / Toma una palabra del texto que te interese en Oseas, por ejemplo, ya al comenzar: prostitución / Pincha en este término, y podrás ver todas las veces que recurre en la Biblia, según esta traducción argentina, el término prostitución; selecciona aquí los textos que corresponden a Oseas, que son:
Os,  1,   2|   una mujer entregada a la PROSTITUCIÓN, y engendra hijos de PROSTITUCIÓN,
Os,  1,   2|  PROSTITUCIÓN, y engendra hijos de PROSTITUCIÓN, porque el país no hace
Os,  2,   6|   hijos, porque son hijos de PROSTITUCIÓN. ~
Os,  4,  10|  Señor, para entregarse a la PROSTITUCIÓN. ~
Os,  4,  12|   adoctrina, porque un espíritu de PROSTITUCIÓN lo extravía y se han prostituido
Os,  4,  14|  cuenta a sus hijas por su PROSTITUCIÓN ni a sus nueras por su adulterio,
Os,  4,  14|  con las consagradas a la PROSTITUCIÓN. ¡Así, un pueblo que no
Os,  4,  18|  embriagarse se entregan a la PROSTITUCIÓN; sus jefes aman la Ignominia. ~
Os,  5,   3|   Efraím, has inducido a la PROSTITUCIÓN, Israel se ha vuelto impuro. ~
Os,  5,   4|   de ellos un espíritu de PROSTITUCIÓN y no conocen al Señor.
Son 12 empleos, a los que habrá que añadir el uso del término en estado verbal. Es simplemente un instrumento, que en muchas ocasiones me puede resultar precioso).
Otra prueba: Pincha la palabra Efraím, que la primera vez  en 5,3, y verás que con sorpresa que en todo el libro de Oseas aparece 36 veces, mientras que en Isaías solo 15.
Pincha la palabra sacerdote, profeta, conocimiento, amor…
Indaga sobre la expresión “mi pueblo”…

b) Selecciona “temas” con ayuda de las palabras.
c) Ordena secciones.
d) Apunta frases muy características, especialmente expresivas para entregare el mensaje.
e) Vete haciendo tu propio esquema personal de la síntesis que ya va surgiendo en ti.
d) Dale tu auténtico sello personal, que no lo has aprendido en ningún libro.
En suma, poco a poco resulta que tú mismo – tú misma – eres un genuino intérprete del profeta, con personalidad propia, que es el fruto del estudio que queríamos recoger.

3. Un ejercicio extraordinario con el profeta Oseas es centrarse en el capítulo 2 del libro porque ahí están los grandes conceptos teológicos del profeta, ampliamente explicados en las notas a pie de página.


Corazón y clave de unidad del mensaje de Oseas

1. El centro de la Biblia es el amor de Dios: Él nos amó primero (1Jn 4,19). Y todas sus páginas rondan en torno a este amor de Dios.
2. El amor – que es la donación gratuita del ser a la persona amada, y que halla su culminación en el amor correspondido, en el mutuo amor gratuito – tiene un referente absoluto en la vida humana en el matrimonio.
3. Si Jesús se sirvió de parábolas para hablar del Reino de Dios, y sin parábolas no les hablaba, tomemos el amor matrimonial como sublime parábola del amor de Dios. Dios es el esposo, y el pueblo (primicias de toda la humanidad) es la esposa.
4. Dios, entrando en la historia, queda actualidad como amor, es decir, como donación gratuita; es más total e irreversible.
En mi matrimonio – dice el profeta – está Dios, y habla Dios; en mi matrimonio roto y profanado estaba Dios y hablaba Dios; en mi matrimonio restaurado estaba Dios y hablaba Dios; en mi matrimonio anhelado está Dios y habla Dios. Dios es el puro amor en un  matrimonio infeliz, pues, a pesar de todo, Dios es la felicidad prometida y restaurada.
El asunto del matrimonio de Oseas con "Gomer, hija de Diblaim". ¿Ficticio-simbólico o real? Se inclinan los exegetas por un matrimonio real. 
Ahora bien, resulta extraño - y quizás incomprensible desde un punto de vista histórico - que Dios dé esas órdenes referentes al matrimonio. ¿No se puede decir que el profeta interpreta, post factum, un matrimonio fracasado, y que esa interpretación personal es el símbolo que se propone a Israel? No pienso que críticamente haya objeción que opone, al menos como hipótesis aceptable.
Moisés manda despedir a la mujer. Pero la Ley queda superada en la profecía, y la mujer adúltera no solamente no tiene que ser despedida, sino que ella - ¡precisamente ella! – nos está revelando al generosidad gratuita del amor divino. En este caso, la mujer infiel (que resulta que soy yo) es el mejor soporte para que se revele el amor puro de Dios: Los amaré, aunque no lo merezcan.
Este tipo de teología, que es escándalo pero de  ninguna manera frivolidad, nos anuncia algo que solo se ha de cumplir en el Hijo de Dios encarnado. El Hijo queda solidarizado con la mujer infiel y él, y sólo él, va a ser el garante de la fidelidad del amor.
La mujer adúltera, la prostituta pertinaz nos está anunciando la presencia del Verbo puro en medio de los hombres. En el rechazo de Dios (ir tras la PROSTITUCIÓN) se está revelando el amor invencible de Dios.
La teología se queda sin aliento para resolver en el amor lo que va más allá de una justa retribución de Dios.
Ahora resulta que el juicio de Dios no va a ser otro que el perdón: Dios es un juez justo (o superjusto) si la justicia es el perdón por el amor de Dios.

5. Desde esta clave, que es el eje giratorio de Oseas (el amor invicto de Dios), hemos de entender la unidad y convergencia de todos los otros temas.
Pecado y castigo es un binomio constante que llena la secuencia de capítulos. Ahora bien, ¿cómo habrá que entender el castigo divino, tan crudamente remarcado? No como el castigo definitivo, sino como un castigo abierto a lo que Dios está esperando: el perdón y el abrazo de amor.
Un ejemplo:
“Cómo voy a entregarte, Efraím?,
¿cómo dejarte a tu suerte, Israel?
No daré curso al furor de mi cólera,
no volveré a destruir a Efraím,
porque soy Dios, no un hombre;
el Santo en medio de ti,
y no es mi deseo aniquilar” (11,8-9).

Un gran tema en Oseas es el de “aquel día”, el Día de Yahvé, que puede ser, sí, día de ruina, pero, al final, aquel día es el día de la victoria del amor de Dios.
En suma, el oráculo final, coronación del libro, es el de la conversión, la misericordia, la plenitud del amor: “de mí procede tu fruto” (versículo final, antes del pequeño apéndice).

 (Escrita en Guadalajara en septiembre de 2012)

domingo, 7 de septiembre de 2014

Nota 5. Introducción al Profeta Oseas (Biblia CEE)

Nota 5



OSEAS
Tomamos esta introducción de la Biblia oficial de la Conferencia Episcopal Española.
INTRODUCCIÓN
Características

El libro de Oseas ha alcanzado a través de sucesivas redacciones una clara unidad y organización literarias, pero ha conservado tensiones de pensamiento religioso que hacen su lectura particularmente apasionante.
Cuatro elementos estructuran la rigurosa unidad del libro:
1) la fuerte experiencia de una relación personal y del sufrimiento que produce la ruptura que ha inspirado el modo de concebir la relación de Dios con el pueblo;
2) el conocimiento de los pro­blemas que afectan al país, así como la incapacidad de los reyes de conducir al pue­blo según los planes de Dios y la influencia negativa de los sacerdotes en la vida del país;
3) la conciencia de la confusión del pueblo frente a los cultos corrompidos o ido­látricos, y
4) la referencia a las tradiciones históricas y populares del pueblo, a partir de las cuales el profeta interpreta la situación presente y saca las consecuencias opor­tunas.
Como en otros libros proféticos, en algunos textos Dios habla en primera persona. Más frecuentemente es el profeta quien exhorta, amonesta, amenaza o condena al des­tinatario (un grupo o todo el pueblo), introduciendo la palabra del Señor en tercera persona. La falta de un destinatario explícito obliga a considerar ciertos textos de Oseas como un soliloquio, una meditación o lamentación, en la que Dios o el profeta se re­fieren al pueblo en tercera persona.
Esta variedad de sujetos y destinatarios, junto con la riqueza de imágenes, hace el texto particularmente vivaz y atractivo. El vocabulario está inspirado por la naturale­za, e incluye la estepa, el amanecer y la noche, el rocío, la lluvia y el viento del de­sierto, grano, mosto, aceite y vino, lino y lana, oro y plata, el espino, la zarza y la or­tiga, la higuera y el olivo, la encina, el ciprés, el álamo y el terebinto, vacas y ovejas, el león y la pantera, la osa y los cachorros de león, los pájaros y la paloma. Oseas des­cribe con escueta precisión cultos orgiásticos, una fiesta de la corte, o los horrores de la guerra; alude a las técnicas del cazador y del labriego, del panadero o del ladrón; evoca el despecho de un hombre abandonado por su mujer, y la ternura, la perpleji­dad y la ira del Señor, y es capaz de concentrar en una frase proverbial todo el con­tenido de un discurso.
Siempre han llamado la atención las numerosas menciones de Judá (el reino del Sur) en un texto que pone su interés en Samaría y el reino del Norte. Oseas parece mencionar a Judá cuando es necesario poner de relieve la unidad de ambos reinos en sus orígenes (12,1), en su relación personal con el Señor (6,4), en sus responsabi­lidades comunes (10,11), en su infidelidad y en la reacción del Señor frente a ella (5,10-14), y en la esperanza de un común destino mejor (2,2).
De ahí se puede concluir que de las quince menciones de Judá, ocho pertenecen al texto originario de Oseas (2,2; 5,10.12.13.14; 6,4; 10,11; 12,1) y siete a una redacción final situada probablemente en Jerusalén después de la caída de Samaría (1,1.7; 4,15; 5,5; 6,11a; 8,14; 12,3).
La redacción judaíta interviene cuando el texto permite reflexionar sobre la situación actual en el reino del Sur, comparar las culpas de ambas naciones (5,5; 8,14), exhortar a un comportamiento diferente (4,15), prever un castigo (6,11), expresar la esperanza en la misericordia del Señor (1,7) y reconocer en ambas naciones un descendiente de la ambigua figura de Jacob (12,3).
Probablemente sean también resultado de una redacción final la mención del rey David (3,5), algunas líneas que se integran difícilmente en la unidad textual (en 4,16-19 y 11,1 Os) y Os 14,2-10, un verdadero epílogo teológico, que retoma expresiones predilectas de Oseas pero convierte su duro mensaje en una incondicionada promesa de restauración.
División

El libro se puede dividir en cuatro grandes secciones, precedidas por un epígrafe editorial (1,1), y cerradas por una conclusión sapiencial (14,10). La «biografía teológica» (caps. 1-3) relata la historia personal del profeta reela- borada teológicamente sobre la base de algunos temas importantes del libro. Oseas recibe de Dios la orden de desposar una mujer relacionada con un ambiente donde la prostitución era una realidad opresiva, de aceptar como propios a los hijos de ella y de darles determinados nombres (cap. 1). Abandonado por la mujer, el profeta jura castigarla (cap. 2), pero recibe una nueva orden de Dios de buscarla y traerla a casa (cap. 3). En esta historia personal se entretejen referencias históricas y reflexiones teológicas (1,7; 2,1-3; 2,16-25; 3,4s) que se superponen e integran hasta constituir el texto actual, pero que no suponen necesariamente autores diversos. Es probable que un redactor final haya puesto un cierto orden en la narración. El uso de fórmulas ajenas al estilo de Oseas, como «oráculo del Señor» o «y ocurrirá aquel día», sugiere reconocer en 2,18-25 una elaboración redaccional.
a)        Los capítulos 4-13 reúnen los «oráculos» del profeta, ordenados luego de modo temático. Os 4-7 tiene como destinatario principal los sacerdotes yahvistas del reino del Norte, cuyo culto tenía su centro en Betel. Cada unidad textual se refiere a un as­pecto particular de la acción de los sacerdotes, que el profeta critica ásperamente. Os 8-10 se concentra en cambio en las complejas relaciones existentes en el culto legíti­mo de Dios, o ilegítimo de los baales y de los becerros, al tiempo que denuncia la si" tuación religiosa y política (cap. 8) y los contactos con Asiría y Egipto (9,1 -9), alter­nativamente aliados y enemigos tradicionales de Israel. Os 11,1-14,1 es de tono meditativo, y se preocupa por las relaciones personales de Dios con Efraín. La prime­ra persona del Señor aparece en momentos decisivos, mientras se reducen las interpe­laciones al destinatario.
b)           Os 14,2-9 incluye una exhortación del profeta al pueblo (v.2-4) y una generosa promesa de Dios (v.5-9), que contradice el final de la sección anterior (13,14).
c)            Un breve epílogo de corte sapiencial (14,10) reflexiona sobre la totalidad del libro.

Ambiente histórico y religioso

El libro de Oseas refleja la crisis política y religiosa que atraviesa el reino del Norte en la segunda mitad del siglo VIII. Oseas no condena la monarquía. Algunos textos pre­vén (1,4; 3,4), o constatan imaginaria o realmente (7,7; 10,7.15), la desaparición del rey. Otros describen la sumisión de la institución monárquica a los poderosos (7,3; 8,4), y la desilusión que esto genera en el pueblo. Os 5,1 exhorta a la corte a poner­se en guardia contra esas acechanzas. 13,10.11 afirma el derecho de Dios de estable­cer o quitar el rey.
La relación de Oseas con la monarquía es coherente con el turbulento período que sigue a los cuarenta años de expansión económica y política de Jeroboán II y a su muerte, en los años 747-746, o 746-745. En pocos meses se suceden su hijo Zacarías, último descendiente de Jehú (véase 1,4), el usurpador Salún y Menajén, que lo elimi­nó un mes después; si bien devolvió la estabilidad al reino durante diez años. La se­guridad con que Oseas habla del ocaso de la monarquía (1,4) sugiere que el reino de Menajén no ha manifestado aún su estabilidad. La «descendencia de Jehú» designaría con el nombre del fundador de la dinastía la casa actualmente reinante, incluyendo los usurpadores. El final de la monarquía es presentado como consecuencia de una derro­ta militar en el valle de Yezrael (1,5).
Desde el punto de vista religioso, el libro tiene presente la confrontación entre Dios y Baal, cuyo culto estaba arraigado en el pueblo y en la monarquía e incluía la pros­titución sagrada. La oposición de Oseas a dicho culto culminará en la reforma deute- ronomista. Aunque el becerro no era probablemente un ídolo, representa sin embargo un peligro de sincretismo.
El libro de Oseas ejerció, sin duda, una influencia grande en los profetas y tradi­ciones religiosas que lo siguieron: Jeremías, la tradición deuteronomista, Ezequiel y el Segundo Isaías. Por lo que se refiere al Nuevo Testamento, su influjo se manifies­ta especialmente en las grandes metáforas teológicas donde se manifiesta: Dios es el agricultor que cuida de su heredad (Mt 15,13, véase Os 10,1); la alegoría de la gran prostituta (Ap 17, véase Os 2), y en este contexto la mención de Jezabel (Ap 2,20; véase Os 1 y la historia de Nabot).

(8 septiembre 2014)