Nota 3
Lectura del libro
de Amós
UNA PROPUESTA REALISTA
Al nivel de un centro superior de estudios una
propuesta de estudio del libro de Amós, sin ser propiamente la lectura de un
especialista, puede ser satisfactoria en este sentido:
1. Tomar la Biblia de
Jerusalén como texto y comentario del profeta. Las notas a pie de
página son suficientes para un "primer comentario"
2. Leer simultáneamente
al texto, los comentarios a pie de página.
3. Confrontar algunas
de las abundantísimas citas que nos ofrecen
- tanto las referencias marginales
- como las notas de pie de página
4. Y teniendo un conocimiento
de las cuestiones generales del libro (época, variedad de material y género de
oráculos),
5. Llegar a una
síntesis personal del mensaje.
Mi lectura personal de Amós puede
ser para mí mismo el "test" de la lectura de los profetas, para
observar
- cuál es mi grado de
atención y de comprensión de un mínimo detalle en particular,
- cuál es el grado de
compenetración teológica y sensitiva con el mensaje vivo del profeta,
- cuál es mi capacidad
literaria para dominar un libro bíblico (en el libro de Amós encontraré varios
géneros de oráculos).
- y sobre todo cuál es mi
capacidad de creyente para tomar cualquier página de la Escritura como
Palabra de Dios.
UNA PRIMERA LECTURA "AL VIVO" DEL
LIBRO
(Notas escritas hace unos años)
Como libro base que nos ha de
servir en el curso hemos adoptado el volumen correspondiente del manual pensado
para seminarios y centros análogos editado conjuntamente por la Institución San
Jerónimo (Valencia) y la Asociación Bíblica Española (ABE), publicados por
Editorial Verbo Divino (Estella, España). La Introducción al estudio de la
Biblia, compuesta por diez volúmenes (dos de los cuales se consideran como
suplemento), dedica el volumen 4 a los profetas:
José María Ábrego de Lacy, Los
libros proféticos (Introducción al estudio de la Biblia, 4). Estella, Verbo
Divino 1997 (2a. ed.), 300 págs. En éste que va a ser nuestro manual de base,
véase: El profeta Amós y su obra, pp. 50-71.
Se apreciará también como
introducción breve, densa y muy rica, del libro del profeta, la explicación que
en su lugar correspondiente tiene la Biblia de Jerusalén (p. 1088 de la última
y tercera edición de esta Biblia, año 1998).
He aquí algunos apuntes de una
lectura "al vivo", para que queden como memoria.
1. El rugido de Dios.
"Dijo: Ruge Yavé desde Sión" (1,2). ¿Esto es lo que dijo Amós? ¿Este
es todo su mensaje? ¿El libro de Amós es un rugido de Dios? Sí... Este
versículo inicial podemos tomarlo como un estallido de lo que va a ser la nota
dominante del libro.
Notemos, de paso, que el
rugido de Dios se da desde Jerusalén. El reino se ha dividido a la muerte de
David: Israel y Judá. Para el profeta de Dios, un profeta que predica
justamente en el reino del Norte, el centro espiritual, el lugar eminente de la
presencia de Dios, sigue siendo Sión-Jerusalén.
2. Sabiendo esto, hemos comenzado
desde el oráculo final (9,11-13). Es la palabra final del profeta; es,
en el fondo, la palabra última y definitiva de Dios: el amor. Es necesario
adentrarse en ese oráculo (o en esos oráculos), cuyas expresiones fueron clave
en el concilio de Jerusalén: Aquel día levantaré la cabaña ruinosa de David (v.
11), en labios del jefe de la comunidad de Jerusalén, Santiago, dando la
sentencia final a la asamblea (véase Hch 15,16-17). Será necesario, pues,
detenerse con amor en esta promesa que cierra el libro y a la luz de la cual se
puede comprender mejor la seriedad del rugido de Yavé. En el fondo, es el
rugido del amor. Véase atentamente el versículo final: Yo los plantaré en su
tierra / y no serán arrancados nunca más / de la tierra que les di, dice Yahvé
tu Dios. Este "dice Yahvé tu Dios" es la firma de todo el libro. El
rugido de Dios, al final, acaba siendo una palabra dulcísima de amor.
3. El pobre por un par de
sandalias (2,6). El libro se ha abierto con los oráculos contra las
naciones, en este caso contra las naciones circunvecinas: contra Damasco,
contra Tiro y Fenicia, contra Edom, contra Amón, contra Moab. Un profeta que no
era más que un campesino (como aparecerá luego) ¿tiene una voz que dar contra
las naciones? Sí puede darla, si es un profeta que se siente como profeta de
Dios, Señor de todas las naciones. Hemos entrado en el núcleo teológico del
libro: la soberanía de Dios, que es el único que puede tener la palabra
decisiva sobre los hombres. En la tierra puede triunfar la injusticia, pero
sólo Dios es el poderoso y no ha de quedar la injusticia impune.
Asociado al juicio contra las
naciones (1,3-2,2) está el juicio contra Judá (2,4-5) - que quizás es un
oráculo posterior puesto aquí - para culminar en el primer oráculo contra
Israel (2,6-16). Esta especie de yuxtaposición de las naciones con Judá e
Israel está diciendo que ante Dios no hay privilegios, si hay que dar cuenta de
las propias acciones. Viene el juicio de Dios.
El juicio de Dios se presenta como
defensa de los débiles. Hagamos una lista de pecados censurados por Amós y
veremos cómo el Dios que anuncia el profeta es el Dios defensor de los
humildes. Este es el Dios de la gran tradición de la alianza. Venden al justo
por dinero y al pobre por un par de sandalias. La esclavitud está contemplada
en la ley, pero en realidad ¿se puede vender al justo por dinero? ¿Y es posible
que un pobre no valga más que "un par de sandalias"? Realmente pisan
contra el polvo la cabeza de los débiles.
4. La criada profanada:
"profanando mi santo Nombre" (2.7). Hijo y padre acuden a la misma
doncella, profanando mi santo Nombre. La doncella, al parecer, es la criada. En
este caso más que el pecado sexual la acusación considera como cosa más grave
el desprecio que se hace a una muchacha indefensa. Y esto es igual que
"profanar mi santo Nombre". Podemos tomar este texto como un
testimonio enérgico de la defensa y promoción de la mujer humilde.
5. En este oráculo de condena
(2,6-16) encontramos también los reproches del Dios herido y amante de su
pueblo. Retengamos los versículos 10, 11 y 12: Yo os hice subir a vosotros del
país de Egipto / y os conduje por el desierto cuarenta años... Suscité profetas
entre vuestros hijos, /y nazireos (consagrados) entre vuestros jóvenes...
6. La elección no es un
privilegio, sino una nueva responsabilidad. Hay que sopesar la importancia
teológica de este versículo: Solamente a vosotros conocí / de entre todas las
familias de la tierra; / por eso, os visitaré / por todas vuestras culpas
(3,2). La elección, misterio de gracia, es cierta; pero la elección no puede
crear una falsa seguridad, sino que engendra una nueva responsabilidad. La
frase resulta muy dura en el tono de condena.
7. La vocación profética es
irresistible (3,3-8). El texto es muy notable en la literatura profética.
Merece la pena el retenerlo en la memoria para percibir cómo se siente el
profeta, cogido por Dios. En este contexto encontramos una frase teológica muy
importante sobre la intimidad de Dios con el profeta, como confidente, a saber:
No, nada hace el Señor Yahvé sin revelar su secreto a sus siervos los profetas
(3,7).
8. Las vacas de Basán, que son
las mujeres de los poderosos (4,1ss). El lector de Amós se queda muy
impresionado por esa audaz metáfora: "vacas de Basán", principio de
una descripción característica de Amós: las que maltratáis a los pobres, las
que decís a vuestros maridos: "¡Trae de beber!".
9. Buscadme a mí y viviréis
(5,4. 6). Un gran tema de teología profética. Léase atentamente la nota de la Biblia
de Jerusalén colocada en este lugar (5,4) sobre buscar a Dios, buscar su
rostro.
10. No quiero oír la salmodia de tus
arpas (5,23). Primer oráculo de un tema que se va a ir repitiendo en los
profetas. Dios siente repugnancia por la belleza del culto - cuando esa belleza
se alaba y se fomenta tanto en la Biblia, si las solemnidades rituales y las
fiestas en el templo (en este caso en Betel) son falsas seguridades. Léase todo
el oráculo titulado en la Biblia de Jerusalén como "Contra el culto
exterior" (5,21-27): Yo detesto, aborrezco vuestras fiestas...
11. Perdona, por favor, Señor
Yahve, ¿cómo va a resistir Jacob, que es tan pequeño? Por dos veces
escuchamos esta frase conmovedora en las visiones del profeta (7,2. 5). Y Dios
se arrepiente y perdona. Los oráculos nos sirven para entrar en el alma del
profeta, que se siente solidario con su pueblo, intercede como Moisés, y
obtiene el perdón.
12. Sobre la vocación del profeta
impresionante el relato del encuentro con el sacerdote del templo real de
Betel. Yo no soy profeta, ni soy hijo de profeta, yo soy un vaquero... Leer
todo el dramático relato de 7,10-17.
13. El Día de Yahvé (5,18).
Primera mención en la literatura profética de un tema importantísimo. Véase
igualmente el anuncio del oscurecimiento del sol a mediodía (8,9), texto que
está a la base del signo de las tinieblas en al muerte de Jesús, y más si se
compara el "lamento por el hijo único" (v. 10) con el pasaje de Lc
23,48: "Y toda la muchedumbre que había acudido a aquel espectáculo, al
ver lo que pasaba, se volvió dándose golpes de pecho".
HACIA UNA LECTURA POSTERIOR
ESTRUCTURADA, ORGÁNICA Y PROFUNDA
Un especialista, después de
una exégesis detallada, besuca una lectura teológica unitaria. Aunque uno no
haya hecho todo este camino, un acercamiento serio al profeta nos lleva a
resultados muy estimables.
He aquí la
"Conclusión" que presenta un especialista de profetas, Jesús M.
Asurmendi, en un estudio de divulgación: Amós y Oseas (Cuadernos bíblicos, 64),
Verbo Divino, Estella 1989.
"Al final de este recorrido del libro de Amós, la
cosecha es abundante. Nos hemos quedado impresionados por la fuerza y la
vehemencia de la llamada a la misión profética que emana del primer libro de un
profeta. Tanto si el conjunto del oráculo es de Amós, como si lo han completado
sus discípulos, lo cierto es que Am 3, 3-8 muestra maravillosamente la potencia
de la llamada a la misión profética, de la que atestigua el conjunto del libro
de Amós. El relato biográfico de 7, 10-17 es de la misma vena. Íntimamente
ligados al carácter impetuoso de la llamada, el ministerio y el libro de Amós
atestiguan la dificultad y la aspereza de la misión. Ser profeta a la manera de
Amós supone aceptar una vida que no tiene nada de placentera. La fidelidad al
mensaje recibido provoca la contestación, el enfrentamiento, la persecución.
Amós se sitúa entonces en la línea de los «profetas-sufrientes» por causa de la
palabra.
Amós aparece igualmente como el profeta que tiene una
visión clara de la universalidad del Dios de Israel. En primer lugar, porque, a
pesar de tener su origen en Judá, la misión recibida lo envía a predicar a
Israel, en el reino del norte; hace explotar las fronteras políticas entre los
dos Estados, mostrando así que lo que cuenta para el Señor es su pueblo y no
forzosamente las instituciones políticas que él mismo se dio. Luego, en la
serie de oráculos contra las naciones, el último se refiere a Israel y lo
sitúa, hasta cierto punto, en el mismo nivel que los demás pueblos. Esta
constatación se ve reforzada en Am 9,7, que sitúa la elección de Israel y la
salida de Egipto en el mismo plano que las emigraciones de los otros pueblos.
Si Amós no niega la especificidad de Israel y los
vínculos particulares de su pueblo con el Señor, su visión es más amplia y,
para él, el Dios de Israel actúa, juzga y bendice igualmente fuera de las
fronteras de Israel. De esta manera se amplían las perspectivas teológicas de
su pueblo.
Dicho esto, la escasez de mensajes de esperanza en los
textos de Amós (5, 6.15; 9, 8) puede provocar cierto malestar y corre el
peligro de llevar a la conclusión de que no predicó más que la desgracia y el
castigo para su pueblo. Si la palabra profética debe ser captada en su
contexto, hay que decir que la situación histórica explica en gran parte la
dureza del mensaje de Amós.
Criticando la injusticia, la insolidaridad, el culto y
la seguridad automática en la elección de Israel, se sitúa por completo contra
corriente, en una época que fue una de las más prósperas de Israel. Si su
mensaje pareció pura locura a sus contemporáneos, la historia le dio la razón,
veinte o treinta años más tarde, cuando Israel se hundió definitivamente con
los asirios. Israel estaba convencido de que tenía a Dios a su lado -«buscad al
Señor..., y así el Señor de los ejércitos estará con vosotros como decís»- y de
que era un pueblo privilegiado frente a los demás (9, 7); por esta razón
precisamente, el juicio habría de ser más duro todavía (3, 1-2).
Sería ridículo imaginarse a Amós satisfecho del
mensaje que transmite, y hay que observar que, en las dos primeras visiones (7,
1-3.4-6), el profeta intercede en favor de su pueblo ante el Señor. La palabra
ha obligado a Amós a proclamar un mensaje tanto más duro cuanto que la
situación social y religiosa parecía gloriosa y magnífica. Tuvo que abrir los
ojos de sus contemporáneos y denunciar sus ilusiones: «El día del Señor será
tinieblas y no luz» (5, 18-20).
Las tinieblas anunciadas por el profeta correspondían
de hecho al comportamiento ético del pueblo y eran su resultado. Amós le
recuerda a Israel la especificidad de su fe más allá de las apariencias
engañosas de un culto próspero y de una sociedad enriquecida. Anuncia a su
pueblo que no vivirá, si no busca a Dios en donde se
Algunos han subrayado los vínculos que untan los
juicios críticos de Amós con las leyes y costumbres de Israel, es decir, con el
decálogo Si es más que probable que el profeta se haya referido a un contexto
legislativo existente, cuyo tenor y cuya forma se nos escapan actualmente en
gran parte, lo cierto es que va también mucho más lejos No se contenta, como
dice W Rudolph, con sacar su «código» y controlar la aplicación que se hace de él
va a la raíz de la función de las leyes en Israel y manifiesta, más allá del
desnivel material, las perversiones profundas que ocultan unos comportamientos
y unas prácticas perfectamente legales Son las raíces de la relación entre
Israel y su Dios las que el profeta destaca con una fuerza y una precisión
innegables
No serán el lujo ni los excesos sociales los que
causen la degeneración y el hundimiento de Israel Su caída provendrá del
comportamiento de los Israelitas entre sí, de la actitud de los poderosos y de
los ricos que Intentan eliminar a los pobres y a los débiles para su propio
provecho (8,4) Israel solo podrá sobrevivir, SI adopta el mismo comportamiento
que Siguió el Señor con él dio a su pueblo la tierra, la Vida Los Israelitas
podrán existir, si viven en la dinámica del don, no en la de la posesión y la
explotación del otro
¿Cómo pueden leerse hoy los textos de Amós? La
frecuencia de situaciones semejantes puede conducirnos a una trasposición
directa de los textos del profeta a nuestra Vida cotidiana, olvidándonos de la
distancia cultural, histórica, del contexto socio-político y económico que nos
separan de Amós Una «aplicación inmediata» de los textos proféticos en general,
y de Amós en particular, corre el riesgo de llevarnos a un callejón Sin salida
Más que las denuncias concretas de Amós (los comerciantes, el lujó, los
tribunales, los ricos en genera!), lo que debemos retener es la convicción
teológica sobre la que se basan y que volvemos a encontrar totalmente e el
Nuevo Testamento el hombre es mi hermano Se encuentra a Dios en los otros y por
medio de los otros
Este principio básico, este principio constitutivo es
el único que puede permitirnos una apreciación más objetiva de nuestro
presente, poniéndonos Incluso en la posibilidad de descifrar este presente a la
luz de lo que es el fundamento mismo de la fe de Israel y de la Iglesia".
PARA IR TRABAJANDO UNA SÍNTESIS PERSONAL
Veremos los "temas"
que han ido apareciendo en el estudio y trataremos de hacer unidad en torno a
grandes núcleos bíblicos:
1. El Dios que nos presenta
Amós.
2. La Alianza, clave en la
relación con Dios:
- Pecado.
- Amenaza.
- Castigo.
3. Apertura final con el
triunfo de Dios y el restablecimiento de Israel.
(Apuntes actualizados, Guadalajara, 2 septiembre 2012)