Nota
6
Una lectura del
libro de Oseas, teología profética en estado puro
Aviso:
Aun a costa de ser
reiterativos incluso esta Nota que sirva como simple indicador para un taller
de trabajo sobre el profeta Oseas
Del libro de
Amós al libro de Oseas
1. Si hemos iniciado la lectura de los
profetas por Amós, bien podemos decir que Amós ha sido nuestro noviciado para entrar
en el mundo de la profecía.
Pasamos cronológicamente a Oseas. Estudiando
a Oseas nos interesa verificar la capacidad y el adiestramiento personal que
hemos adquirido,
- sea como habilidad para el estudio:
organización y dominio del material
- o sea, sobre todo, para entrar en comunión,
estremecido, con el mensaje interpelante de los profetas, voceros de Dios.
2. Sería peligroso confrontar profeta y
profeta (como no se puede comparar Evangelio y Evangelio en una gradación de
menos a más), pero espontáneamente brotan algunos y características que
terminan siendo comparaciones.
Amós es la puerta de la profecía; con Oseas estamos en el corazón mismo de la profecía. Isaías será el esplendor y la gloria de la profecía.
3. En el mismo corazón de la profecía
perfilamos el centro y la espiral de lo que anuncia Oseas:
1. Dios es el esposo amantísimo,
traicionado con adulterio y continuada prostitución, y pese a ello el esposo
vencedor, porque el amor de Dios vence lo invencible.
2. Dios es el Padre lleno de ternura de
Efraím, a quien enseñó a comer y a andar…y que, al final, por sus entrañas, lo
perdona.
3. Efraím es la esposa infiel, la
prostituta…, con sus sacerdotes, con sus profetas, pecador irremediable, sin
conocimiento y amor, “mi pueblo” – dice el Señor – al que – pese a todas las
amenazas y castigos, yo lo voy a seguir amando.
El libro de Oseas es la formidable
victoria del amor, que anuncia el amor sin retorno que Dios Padre nos ofrece en
su Hijo amado, Jesucristo. Podemos decir que Oseas es un modelo de teología profética en estado puro.
Oseas nos invita a recomponer todo el
misterio de la Biblia. Se puede desfragmentar la Biblia, y tomar para mi tesis
un texto que me interesa. Pongo la Biblia a mi servicio, y con la Biblia en
mano hablo sobre el juicio de Dios contra el mundo y la condena que nos amenaza…
Oseas nos muestra que la condena no es la última palabra de la salvación.
Oseas, como otros profetas, culmina y termina con un oráculo de salvación.
Orientación
desde una metodología general de estudio crítico-científico de la Biblia
Para abordar un texto de la Biblia – y
ahora estamos pensando en el Antiguo Testamento – debemos tener un esquema de
orientación. Hablando de modo teórico, he aquí este esquema:
Primer paso: Entrada: Situar el texto
Ø En qué punto me encuentro en el mapa (por así decir) de la Biblia
Ø Quién ha escrito este texto
Ø En qué tiempo
Ø En qué conjunto bíblico está situado
Segundo paso: Acercamiento literario e histórico
- Análisis verbal
Ø Leer el texto.
Ø Comprenderlo con
el significado exacto de las palabras, versículo a versículo. Siempre nos serán
de primera utilidad los comentarios que van recorriendo el texto versículo a
versículo, para aclarar las palabras y conceptos que lo requieran.
2. Análisis formal, para mejor desentrañar el texto
Ø Qué clase de
texto es éste: que “forma” (género literario) presenta
Ø Qué estructura
visible presenta el texto
Ø Qué historia
tiene detrás de sí el texto: qué tradiciones (Técnicamente se habla, si bien el
origen sea la investigación de los Evangelios, de la “Form-Geschichte”, a saber,
Historia de la Forma)
Tercer paso (punto de llegada): Interpretación teológica
Ø El texto en sí mismo, según la
teología que refleja: lectura, por así decir, a nivel del Antiguo Testamento.
Ø El texto leído en la totalidad de la Biblia y en el
hoy de la historia de salvación (Si se inventó la expresión de
“Formgeschichte”, también se inventó, muy posteriormente, otra expresión, a
saber: “Wirkungs-Geschichte”, esto es: Historia del Influjo – o actuación – de
este texto: cómo ha operado en la historia de teología y de la praxis de la fe
este pasaje de la Escritura).
Aquí podemos
caer en el subjetivismo, en el fundamentalismo. Este pasaje de la Biblia “a mí
me dice”… Pero ese “a mí me dice” tiene que estar en consonancia con lo que se
llama la “analogía de la fe”, es decir, con una lectura armónica de toda la
Biblia.
En los alrededores del texto y en el
corazón del texto
La
experiencia de lector de la Biblia nos dice lo siguiente:
-
Podemos saber muchas cosas literarias e históricas acerca del texto. Con una
erudición deslumbrante podemos estar “en los alrededores del texto”.
-
Y a lo mejor, con menos erudición podemos ir al corazón del texto. El corazón
del texto, por un camino erudito o por un camino normal de “lector informado de
la Biblia” se alcanza cuando se percibe que este texto, leído en la fe:
1.
Era
entonces palabra de Dios para aquel pueblo al que fue dirigido.
2.
Es
hoy palabra de Dios para este pueblo de Dios, que es la Iglesia peregrina: el
texto está hablando, no por acomodaciones caprichosas, sino por lo que brota
desde su propia interioridad.
3.
Es
“hic et nunc” palabra de Dios a mí dirigida.
En
esta perspectiva hermenéutica el texto queda sacramentalizado y es evento de
gracia para mí: palabra viviente de un Dios que vive y que actúa en mi vida.
Según esto, nuestro objetivo de estudio
de Oseas, de los demás profetas
1)
No
es acumular conocimientos de la bibliografía presentada, conocimientos que se
requieren en determinado grado para dar cuenta en los exámenes,
2)
Sino,
habiendo asimilado, un determinado cúmulo de conocimientos útil, ser lector
protagonista (de alguna maneta autónomo), lector directo del profetas, que lo
conozco por haberlo frecuentado.
3)
Sin
duda que esto requiere horas. Lápiz en mano voy tomando mis notas (por ejemplo,
qué vocabulario le gusta usar al profeta Oseas); he transitado por el libro, y
lo conozco como conozco las calles del barrio donde vivo. Sé dónde está tal
tienda (es decir, tal texto, en qué capítulo) y qué me voy a encontrar al doblar
la calle (al doblar el capítulo).
El teólogo ante
Oseas
El
libro de Oseas hay que entenderlo desde el final, desde ese añadido de un Sabio
que se detiene ante la obra terminada, y exclama:
¿Quién es la
persona sabia
capaz de
entender estas cosas?,
¿quién el
inteligente para conocerlas?:
rectos son los
caminos de Yahvé
y por ellos
caminan los justos,
mas los rebeles
en ellos tropiezan (versículo final: Os 14,10).
Con
este aviso nosotros entramos en el mensaje, leyendo el texto y desde el texto
transcendiendo el mismo texto.
Técnica de
estudio
1. En un estudio verdaderamente
inteligente y sabio hemos de fundir lo que otros han estudiado y se puede tomar
como adquisiciones suficientemente seguras con lo que yo yo aprendiendo del
trato director del texto. Al final, mi lectura (ya enriquecida) es al interpretación
del texto. Así, pues:
a) Me acerco al texto con una pequeña
red de conocimientos previos.
b) Y empiezo a leerlo yo, a escucharlo
yo, y voy sintiendo cómo el texto crece desde sí mismo, desde dentro, se va
iluminando más y más. Cada nueva lectura es una nueva espiral en profundidad.
c) No olvidemos esta comunión entre
tres:
- el especialista (llámese José Luis
Sicre, José María Ábrego…, por citar dos buenos autores a mano),
- yo,
- y el principal: ¡el texto!
2. Y qué puedo hacer yo frente al texto,
al entrar ya con esos previos conocimientos.
a) Pesar
las palabras. La frecuencia de las palabras es un indicio muy interesante,
aunque nunca podemos mecanizar la teología con un “contador de palabras”.
(Puedes entrar en vatican.va / Ir a: Textos
fundamentales / tomar la Biblia / Castellano (edición argentina/ Oseas / Abre
el texto, pro capítulos/ Observa esta indicación: Pulse aquí para activar los
vínculos a las concordancias / Toma una palabra del texto que te interese en
Oseas, por ejemplo, ya al comenzar: prostitución / Pincha en este término, y
podrás ver todas las veces que recurre en la Biblia, según esta traducción
argentina, el término prostitución; selecciona aquí los textos que corresponden
a Oseas, que son:
Os,
1, 2| una mujer entregada a la PROSTITUCIÓN, y
engendra hijos de PROSTITUCIÓN,
Os,
1, 2| PROSTITUCIÓN, y engendra hijos de PROSTITUCIÓN,
porque el país no hace
Os,
2, 6| hijos, porque son hijos de PROSTITUCIÓN. ~
Os,
4, 10| Señor, para entregarse a la PROSTITUCIÓN. ~
Os,
4, 12| adoctrina, porque un espíritu de PROSTITUCIÓN
lo extravía y se han prostituido
Os,
4, 14| cuenta a sus hijas por su PROSTITUCIÓN ni a
sus nueras por su adulterio,
Os,
4, 14| con las consagradas a la PROSTITUCIÓN. ¡Así,
un pueblo que no
Os,
4, 18| embriagarse se entregan a la PROSTITUCIÓN;
sus jefes aman la Ignominia. ~
Os,
5, 3| Efraím, has inducido a la PROSTITUCIÓN,
Israel se ha vuelto impuro. ~
Os,
5, 4| de ellos un espíritu de PROSTITUCIÓN y no
conocen al Señor.
Son 12 empleos, a los que habrá que
añadir el uso del término en estado verbal. Es simplemente un instrumento, que
en muchas ocasiones me puede resultar precioso).
Otra prueba: Pincha la palabra Efraím, que la primera vez en 5,3, y verás que con sorpresa que en todo
el libro de Oseas aparece 36 veces, mientras que en Isaías solo 15.
Pincha la palabra sacerdote, profeta,
conocimiento, amor…
Indaga sobre la expresión “mi pueblo”…
b) Selecciona “temas” con ayuda de las
palabras.
c) Ordena secciones.
d) Apunta frases muy características,
especialmente expresivas para entregare el mensaje.
e) Vete haciendo tu propio esquema
personal de la síntesis que ya va surgiendo en ti.
d) Dale tu auténtico sello personal, que
no lo has aprendido en ningún libro.
En suma, poco a poco resulta que tú
mismo – tú misma – eres un genuino intérprete del profeta, con personalidad
propia, que es el fruto del estudio que queríamos recoger.
3. Un ejercicio extraordinario con el
profeta Oseas es centrarse en el capítulo 2 del libro porque ahí están los
grandes conceptos teológicos del profeta, ampliamente explicados en las notas a
pie de página.
Corazón y clave
de unidad del mensaje de Oseas
1. El centro de la Biblia es el amor de
Dios: Él nos amó primero (1Jn 4,19). Y todas sus páginas rondan en torno a este
amor de Dios.
2. El amor – que es la donación gratuita
del ser a la persona amada, y que halla su culminación en el amor
correspondido, en el mutuo amor gratuito – tiene un referente absoluto en la
vida humana en el matrimonio.
3. Si Jesús se sirvió de parábolas para
hablar del Reino de Dios, y sin parábolas no les hablaba, tomemos el amor
matrimonial como sublime parábola del amor de Dios. Dios es el esposo, y el
pueblo (primicias de toda la humanidad) es la esposa.
4. Dios, entrando en la historia, queda
actualidad como amor, es decir, como donación gratuita; es más total e irreversible.
En mi matrimonio – dice el profeta –
está Dios, y habla Dios; en mi matrimonio roto y profanado estaba Dios y
hablaba Dios; en mi matrimonio restaurado estaba Dios y hablaba Dios; en mi
matrimonio anhelado está Dios y habla Dios. Dios es el puro amor en un matrimonio infeliz, pues, a pesar de todo,
Dios es la felicidad prometida y restaurada.
El asunto del matrimonio de Oseas con
"Gomer, hija de Diblaim". ¿Ficticio-simbólico o real? Se inclinan los
exegetas por un matrimonio real.
Ahora bien, resulta extraño - y quizás
incomprensible desde un punto de vista histórico - que Dios dé esas órdenes
referentes al matrimonio. ¿No se puede decir que el profeta interpreta, post factum, un matrimonio fracasado, y
que esa interpretación personal es el símbolo que se propone a Israel? No
pienso que críticamente haya objeción que opone, al menos como hipótesis
aceptable.
Moisés manda despedir a la mujer. Pero
la Ley queda superada en la profecía, y la mujer adúltera no solamente no tiene
que ser despedida, sino que ella - ¡precisamente ella! – nos está revelando al
generosidad gratuita del amor divino. En este caso, la mujer infiel (que
resulta que soy yo) es el mejor soporte para que se revele el amor puro de
Dios: Los amaré, aunque no lo merezcan.
Este tipo de teología, que es escándalo
pero de ninguna manera frivolidad, nos
anuncia algo que solo se ha de cumplir en el Hijo de Dios encarnado. El Hijo
queda solidarizado con la mujer infiel y él, y sólo él, va a ser el garante de
la fidelidad del amor.
La mujer adúltera, la prostituta
pertinaz nos está anunciando la presencia del Verbo puro en medio de los
hombres. En el rechazo de Dios (ir tras la PROSTITUCIÓN) se está revelando el
amor invencible de Dios.
La teología se queda sin aliento para
resolver en el amor lo que va más allá de una justa retribución de Dios.
Ahora resulta que el juicio de Dios no
va a ser otro que el perdón: Dios es un juez justo (o superjusto) si la
justicia es el perdón por el amor de Dios.
5. Desde esta clave, que es el eje
giratorio de Oseas (el amor invicto de Dios), hemos de entender la unidad y
convergencia de todos los otros temas.
Pecado
y castigo
es un binomio constante que llena la secuencia de capítulos. Ahora bien, ¿cómo
habrá que entender el castigo divino, tan crudamente remarcado? No como el
castigo definitivo, sino como un castigo abierto a lo que Dios está esperando:
el perdón y el abrazo de amor.
Un ejemplo:
“Cómo voy a entregarte, Efraím?,
¿cómo dejarte a tu suerte, Israel?
…
No daré curso al furor de mi cólera,
no volveré a destruir a Efraím,
porque soy Dios, no un hombre;
el Santo en medio de ti,
y no es mi deseo aniquilar” (11,8-9).
Un gran tema en Oseas es el de “aquel
día”, el Día de Yahvé, que puede ser, sí, día de ruina, pero, al final, aquel
día es el día de la victoria del amor de Dios.
En suma, el oráculo final, coronación
del libro, es el de la conversión, la misericordia, la plenitud del amor: “de
mí procede tu fruto” (versículo final, antes del pequeño apéndice).
(Escrita en Guadalajara en septiembre de 2012)